¿Qué hace que una madre esté ansiosa?

Author avatar

Carolanne Bamford-Beattie

|

Anxious mother

Comprender la ansiedad en las madres y su impacto en las familias

La maternidad suele describirse como una época de alegría, unión y amor incondicional, pero para muchas, también es un momento de preocupación, agobio y lucha silenciosa. De hecho, la ansiedad en las madres es más común de lo que la mayoría cree.

Desde noches de insomnio y el miedo constante a “arruinarlo todo”, hasta la preocupación constante por la salud, la seguridad o el tiempo que pasa tu hijo frente a la pantalla, la ansiedad materna puede manifestarse de muchas maneras. Y si bien cierto grado de preocupación es parte natural de la crianza, la ansiedad persistente puede interferir con tu capacidad para disfrutar de la maternidad y conectar con tus hijos de forma significativa.

En este Guía paraAnalizaremos cómo se manifiesta la ansiedad materna, cómo afecta a los niños, especialmente a aquellos que crecen con una madre ansiosa, y qué hacer cuando te das cuenta de que «Mi madre me da ansiedad» o «Mi madre me provoca ansiedad». Tanto si eres una madre con ansiedad como si eres hijo/a adulto/a de una madre con trastorno de ansiedad, esta publicación es para ti.

¿Qué significa ser una madre ansiosa?

Ser una madre ansiosa no significa ser débil ni fracasar. Significa que te preocupas, a veces demasiado por tu propio bienestar. Muchas madres experimentan lo que se conoce como ansiedad maternal, un trastorno en el que el estrés relacionado con la crianza se convierte en preocupación crónica, pensamientos intrusivos o incluso pánico.

Esta ansiedad podría centrarse en:

  • La salud o el desarrollo de su hijo
  • Preocupaciones de seguridad (asfixia, secuestros, accidentes, etc.)
  • Hitos y rendimiento académico
  • Comparaciones sociales (p. ej., “No estoy haciendo lo suficiente”)
  • Su propia idoneidad como padre

Algunas madres con ansiedad describen sentir que nunca pueden relajarse, incluso cuando todo parece estar bien. Otras temen constantemente que “algo malo esté a punto de suceder”. Este tipo de hipervigilancia puede ser mentalmente agotador y emocionalmente aislante.

Señales comunes de ansiedad materna

No todos los tipos de ansiedad son iguales, pero aquí hay algunas señales comunes que podrían indicar que estás experimentando un trastorno de ansiedad materna o ansiedad materna persistente:

  • Pensamientos acelerados, especialmente por la noche.
  • Comprobación obsesiva (por ejemplo, monitores de bebés, síntomas de salud, dispositivos)
  • Evitar situaciones que parezcan riesgosas (citas para jugar, viajes, exposición a pantallas)
  • Reactividad emocional o irritabilidad
  • Síntomas físicos como dolores de cabeza, tensión muscular o problemas estomacales.
  • Dificultad para concentrarse o sentirse “nervioso” la mayor parte del tiempo

¿Por qué es tan común la ansiedad en las mamás?

Entonces, ¿por qué tantas madres luchan contra la ansiedad?

  1. La carga mental de la maternidad moderna

Se espera que las madres de hoy lo sean todo: cuidadoras, sustentadoras, educadoras, gestoras del tiempo frente a la pantalla y anclas emocionales. Si a esto le sumamos la presión de las redes sociales, los debates sobre la crianza y un ciclo de noticias constante, es fácil ver cómo la madre preocupada se ha convertido en un arquetipo cultural.

  1. Factores hormonales y biológicos

El embarazo, el parto y la lactancia materna generan grandes cambios hormonales. La ansiedad posparto, estrechamente relacionada con la depresión posparto, suele estar infradiagnosticada, pero es igual de grave.

  1. Traumas no resueltos o patrones familiares

Si creciste con una madre emocionalmente inaccesible o preocupante, podrías ser más propenso a la ansiedad. Los patrones de sobrepensamiento y sobrefuncionamiento suelen transmitirse de generación en generación.

  1. Aislamiento y falta de apoyo

Criar hijos sin el apoyo social, emocional o económico adecuado aumenta el riesgo de problemas de salud mental materna. Muchas madres con ansiedad sufren en silencio, por temor a ser juzgadas o estigmatizadas.

La ansiedad materna en la cultura contemporánea

La madre ansiosa se ha convertido casi en un estereotipo. Es la madre pegada al monitor de bebé, revisando cada etiqueta, leyendo blogs de crianza a las 2 de la madrugada o pegada al localizador de su hijo. Pero aunque a menudo se la retrata con un toque de humor —o de juicio—, su ansiedad refleja algo más profundo: un clima cultural que constantemente les dice a las madres que no están haciendo lo suficiente.

La crianza moderna se desarrolla en un mundo de hiperinformación. Las redes sociales inundan a las madres con consejos contradictorios, familias aparentemente perfectas e incontables advertencias sobre peligros reales e imaginarios. La presión de estar siempre presente, siempre alerta y siempre en control no es solo personal, sino sistémica. En este entorno, la ansiedad materna no surge por sí sola, sino que se cultiva.

Incluso las instituciones bienintencionadas contribuyen a esta cultura de ansiedad: las escuelas, los sistemas de salud y las plataformas digitales suelen descargar responsabilidades sobre los padres sin ofrecer suficiente apoyo. En la cultura contemporánea, la idea de que una “buena madre” debe estar constantemente preocupada, ocupada y completamente abnegada sigue estando muy extendida y es peligrosamente errónea.

La verdad es que la ansiedad no significa más cuidado. Y en una cultura que premia la ansiedad como atención, es revolucionario que las madres opten por la calma, los límites y la confianza.

¿Cómo afecta la ansiedad a tus hijos?

Los niños son increíblemente perceptivos. Incluso si no se habla abiertamente de la ansiedad, pueden percibir cuando un padre está ansioso, temeroso o emocionalmente abrumado. Crecer con una madre ansiosa puede moldear el panorama emocional de un niño de maneras complejas.

Algunos efectos comunes incluyen:

  • Ansiedad en el niño: Puede reflejar la preocupación de su madre e internalizarla.
  • Hiperresponsabilidad: los niños pueden volverse complacientes o sobresalientes para reducir el estrés de los padres.
  • Evitar conflictos o riesgos: los niños pueden optar por lo seguro en la vida para evitar provocar la ansiedad de sus padres.
  • Sentirse como padre: En algunos casos, el niño puede sentirse responsable del bienestar emocional de la madre, una dinámica conocida como parentificación.

Cuando la ansiedad afecta a toda la familia

La ansiedad desatendida no solo afecta a la persona, sino a todo el hogar. Las parejas pueden sentirse impotentes o frustradas. Los niños pueden sentirse asfixiados o excesivamente examinados. Incluso cosas tan sencillas como elegir colegios, gestionar el tiempo frente a la pantalla o planificar salidas familiares pueden convertirse en campos de batalla de sobrepensamiento y gestión de riesgos.

Por ejemplo:

  • Monitorear estrictamente los dispositivos, por temor a daños en Internet
  • Mantén el cursor sobre las interacciones sociales para evitar el rechazo.
  • Obsesionarse con la seguridad alimentaria, lo que lleva a hábitos alimentarios restrictivos
  • Evite que los niños caminen hasta la escuela o asistan a pijamadas.

Si bien estos comportamientos tienen su raíz en el amor y la preocupación, pueden limitar la independencia, la confianza y la sensación de seguridad del niño en el mundo.

Qué hacer si reconoces estas señales en ti mismo

Si te sientes identificada con esta publicación, respira hondo. No estás sola. Ser madre con ansiedad no significa que seas una mala madre. Significa que eres humana y que tu cerebro está intentando proteger a tus seres queridos, solo que con demasiada intensidad.

A continuación se indican algunos pasos útiles que puede seguir:

  1. Hablar de ello

Comparte tus sentimientos con una amiga de confianza, tu pareja o un terapeuta. Decir simplemente “Creo que soy una madre ansiosa” en voz alta puede reducir la vergüenza y abrir camino a nuevas vías de apoyo.

  1. Practica la autoconciencia

Empieza a identificar tus desencadenantes. ¿Es el tiempo frente a la pantalla? ¿Una enfermedad? ¿Un buen rendimiento académico? Reconocer patrones te ayuda a interrumpirlos antes de que se agraven.

  1. Utilice técnicas de conexión a tierra

Cuando tengas pensamientos ansiosos, intenta:

  • Respiración profunda (inhalar 4 veces, retener 4 veces, exhalar 4 veces)
  • Escaneos corporales (registro de sensaciones físicas)
  • Llevar un diario o tomar notas de voz para descargar el desorden mental
  1. Utilice la tecnología intencionalmente

Si el tiempo que pasa frente a la pantalla le causa ansiedad, herramientas como Kidslox pueden ayudarle a gestionarlo con claridad y constancia. Establecer límites digitales le da control, sin necesidad de supervisar minuciosamente cada movimiento de su hijo.

  1. Busque ayuda profesional

La ansiedad materna es altamente tratable. La terapia cognitivo-conductual (TCC), la reducción del estrés basada en la atención plena (REBAP) o incluso la medicación a corto plazo (prescrita por un médico de cabecera o un psiquiatra) pueden marcar una gran diferencia.

Qué hacer si la ansiedad de tu mamá te afecta

Si eres un adulto que reflexiona sobre el impacto de crecer con una madre con trastorno de ansiedad, o estás pensando: “Mi madre me da ansiedad”, es importante honrar esos sentimientos.

Podrías sentirte culpable, sobre todo si la ansiedad de tu madre nunca fue reconocida abiertamente. Pero reconocer cómo te afectó esa dinámica no es una traición, sino una recuperación de tu espacio emocional.

Las estrategias útiles incluyen:

  • Nombrar la dinámica (por ejemplo, “La ansiedad de mi madre no es algo que yo pueda controlar”)
  • Establecer límites en torno a los temas que desencadenan tu propio estrés
  • Ir a terapia para procesar las experiencias de la infancia y desarrollar resiliencia.
  • Practicar la autocompasión, especialmente cuando te sorprendes repitiendo viejos patrones.

Cuando la ansiedad se convierte en un legado: romper el ciclo

Para muchas, la ansiedad materna no comienza con la maternidad; se hereda, a menudo sutilmente, de experiencias infantiles. Si tu madre era una madre preocupada, emocionalmente reactiva o hipervigilante, es posible que hayas internalizado esos comportamientos sin darte cuenta. Quizás aprendiste desde muy joven que el mundo es inseguro o impredecible. Ahora, como madre, puede que estés notando ecos de su ansiedad en tu propia mente.

Comprender cómo funciona la ansiedad intergeneracional nos ayuda a romper el ciclo. Si alguna vez te has sorprendido diciendo: “Sueno igual que mi madre” o “No quiero que mi hijo se sienta como yo de pequeño”, esa consciencia es el primer paso hacia el cambio.

Los niños que crecen con una madre ansiosa a menudo se convierten en indicadores emocionales del hogar. Aprenden a interpretar los estados de ánimo, a manejar la tensión con cautela o a sobreesforzarse para mantener la paz. Estos mecanismos de afrontamiento pueden serles útiles en la infancia, pero a menudo conducen a la ansiedad, el perfeccionismo o el agotamiento emocional más adelante en la vida.

Romper ese ciclo implica separar con cuidado tus emociones de las de tu hijo. Significa resistir el impulso de controlar cada resultado y aprender a tolerar la incertidumbre, algo a lo que las mentes ansiosas se resisten profundamente, pero que los niños necesitan desesperadamente para crecer.

El autocuidado no es un baño de burbujas: es la reparación del sistema nervioso

Seamos sinceros: decirle a una madre con ansiedad que “se tome un descanso” o “se cuide” a menudo es un error. Cuando tu sistema nervioso está constantemente en modo de lucha o huida, ninguna vela ni diario puede contrarrestar los patrones fisiológicos que tienes.

El verdadero cuidado personal para una madre ansiosa se ve así:

  • Regulación del sistema nervioso: prácticas diarias como respiración profunda, caminar en la naturaleza, tapping EFT o yoga nidra pueden ayudar a reconfigurar su respuesta al estrés.
  • Límites de información: Controla tus noticias y redes sociales. La exposición a historias perturbadoras (especialmente sobre niños) puede ser un importante desencadenante de ansiedad.
  • Decir no: Protege tu energía. Limita el número de actividades, citas o responsabilidades que asumes.
  • Sistemas de apoyo: ya sea terapia, un grupo de madres o simplemente un amigo honesto, la conexión es clave para la recuperación.
  • El descanso como resistencia: Dormir no es pereza. Es medicina. Y es esencial para las madres que viven con trastorno de ansiedad materna.

No hay premio por ser la madre más estresada. Tu familia no necesita que seas perfecta; necesita que estés presente, centrada y humana.

La línea entre la preocupación y la ansiedad

Uno de los aspectos más complejos de la ansiedad materna es que a menudo se disfraza de “buena crianza”. Al fin y al cabo, ¿no debería preocuparse una madre? ¿No es su deber proteger a su hijo?

Cuando los “qué hubiera pasado si…” se vuelven más fuertes que la realidad, es una señal de que la ansiedad materna puede estar tomando el control.