En esta publicación, exploramos los aspectos negativos y positivos de los videojuegos en el desarrollo de los niños y cómo moderar eficazmente a los niños y sus consolas.
Se oye a sí mismo pidiéndole a su hijo que baje a cenar. ¿Su respuesta? ‘¡Un minuto más!’
Si esto le suena familiar, no está solo. Los videojuegos para niños pueden ser un campo minado para que los padres naveguen. Los juegos pueden distraer a los niños de sus tareas y quehaceres, mantenerlos encerrados en el interior y exponerlos a contenido potencialmente peligroso y a extraños en línea. En resumen, son el catalizador perfecto para las discusiones familiares y las tensiones en el hogar.
Desde que aparecieron las primeras consolas en la década de 1970, los videojuegos han avanzado mucho. Ahora, cualquier dispositivo inteligente ofrece la oportunidad de jugar. Con tantas oportunidades y opciones para jugar, es natural preocuparse por los posibles efectos negativos que los videojuegos pueden tener en la salud de los niños y en el desarrollo de sus mentes jóvenes.
Empecemos desde arriba, literalmente. ¿Cuáles son los efectos de los videojuegos en el cerebro de los niños?
Nuestros primeros años son cuando nuestro cerebro es más elástico. Los niños pequeños absorben información como esponjas a medida que sus vías neuronales se preparan para el futuro. En esta coyuntura crítica, los padres están preocupados, con razón, por lograr el equilibrio adecuado para garantizar el desarrollo cognitivo saludable de sus hijos.
En lo que respecta a la investigación, es concluyente que los videojuegos afectan la estructura y forma del cerebro. Un pensamiento realmente aterrador. Pero, antes de correr a ocultar los dispositivos, echemos un vistazo a cómo se llevan a cabo esos cambios.
Investigadores en China monitorearon los cerebros de estudiantes jugadores que jugaban un promedio de diez horas al día. Uno de los hallazgos más sorprendentes de su trabajo de resonancia magnética (MRI) fue que esos estudiantes tenían menos materia gris que sus contemporáneos que jugaban más moderadamente (2 horas al día). Es la materia gris de nuestro cerebro la que nos permite controlar los movimientos, los recuerdos y las emociones. Se cree que esto estuvo en desarrollo hasta los veintitantos años. Buena razón para poner pausa en la reproducción, ¿verdad?
Bueno, no todo es negativo. Los estudios también han demostrado que los videojuegos habituales tienen un efecto positivo en las áreas del cerebro que controlan la atención y las habilidades de percepción visoespacial. Usados con moderación, los videojuegos pueden ayudar a afinar el razonamiento del cerebro y la capacidad de resolución de problemas. Se pueden desarrollar mejores habilidades de coordinación mano-ojo y percepción, así como la capacidad de procesar información rápidamente, tomar decisiones y realizar múltiples tareas.
Mientras opiniones de múltiples estudios publicados concluyeron que aquellos que juegan regularmente mostraban signos de agrandamiento del hipocampo (la estructura en el cerebro que está involucrada en las habilidades visuoespaciales que mencionamos anteriormente), también hubo cambios estructurales adicionales en los cerebros de los jugadores que están asociados con la recompensa, el aprendizaje y motivación.
¿Los videojuegos son malos para la salud mental de los niños?
La respuesta corta es sí, pueden serlo. “Trastorno de los juegos de Internet” es el término acuñado para describir los cambios estructurales y funcionales dentro del sistema de recompensa del cerebro. A nivel neuronal, estos cambios son los mismos que se observan en otras adicciones, y el trastorno ha sido reconocido y clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los signos del trastorno de los juegos en Internet incluyen problemas en la escuela y en el hogar, la necesidad de jugar para sentirse bien y la pérdida de interés en las cosas que a un niño le encantaba hacer.
Para los niños con problemas de conducta existentes o personalidades agresivas, los videojuegos también pueden tener un efecto negativo en su desarrollo emocional. Los juegos liberan hormonas, incluida la dopamina, y su “abstinencia” puede causar problemas adicionales de comportamiento en el hogar y la escuela.
¿Qué otros efectos físicos tienen los videojuegos en los niños?
Además del impacto que tienen los juegos en el cerebro, investigadores en China han emitido advertencias sobre el uso repetitivo de las pantallas y el desarrollo de la vista de los niños.
La miopía o miopía (donde se ven las cosas claramente de cerca, pero no tan bien de lejos) está aumentando entre los jóvenes. Durante la pubertad e incluso hasta los veinte años, nuestros ojos siguen creciendo y desarrollándose, lo que lleva a los científicos a centrarse en los vínculos entre el tiempo frente a la pantalla y la vista.
Si bien las autoridades chinas han criticado a la industria de los videojuegos por los supuestos vínculos entre la miopía y los juegos, otros no están tan seguros de la correlación. En un artículo compartido por El Correo de Washington, la investigación demostró que cualquier “trabajo cercano” (donde los niños pasan largas horas concentrándose o “estudiando” una pantalla) puede contribuir a esta afección. No sólo fue un problema la duración del “trabajo cercano”, sino también el hecho de que pasar largas horas frente a una pantalla impide que los niños estén afuera bajo la luz solar natural. Se cree que el ojo necesita la exposición al aire libre para permitir que sus estructuras sigan creciendo y desarrollándose de forma saludable.
Eso nos lleva a otro efecto negativo de pasar largas horas jugando videojuegos: la falta de actividad física al aire libre. Según Heart UK, uno de cada seis niños en el Reino Unido tiene una deficiencia de vitamina D. Pasar tiempo al sol es la recomendación número uno para aumentar los niveles de la “vitamina del sol”. Pasar tiempo al aire libre y en la naturaleza también se correlaciona positivamente con el bienestar emocional positivo de un niño. Mejora de las habilidades motoras, peso saludable, mejora de la fuerza muscular y una mayor apreciación de la naturaleza y el medio ambiente.
Estudios También sugieren que jugar videojuegos, especialmente antes de acostarse, puede afectar negativamente el sueño. Los investigadores compararon la calidad del sueño de los adolescentes que jugaban antes de acostarse con la de ver una película. Descubrieron que la latencia del sueño (el tiempo que se tarda en quedarse dormido) aumentó en el grupo de videojuegos, así como menos tiempo en un sueño profundo y reparador.
A medida que la industria de los videojuegos crece y se desarrolla, los niños pueden encontrarse con otras fuentes de daño, como jugar con extraños y estar expuestos a contenido inapropiado. Además, la posibilidad de realizar compras dentro de la aplicación y la introducción de “cajas de botín” en los juegos para teléfonos inteligentes aumenta el riesgo de compras no aprobadas e inesperadas (!) con las tarjetas de crédito de los padres.
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¿Pueden los videojuegos ser buenos para los niños? Seis efectos positivos de los videojuegos.
Los videojuegos son una gran parte de la infancia moderna y se estima que 9 de cada 10 niños los juegan con regularidad. Con tantos juegos nuevos, emocionantes y virales que se lanzan todo el tiempo, son un tema candente en el patio de recreo y, a menudo, desempeñan un papel central en el juego social y las relaciones de los niños.
Como ocurre con todas las actividades basadas en pantallas, los padres están, con razón, nerviosos por permitir que los niños pasen demasiado tiempo absortos en un dispositivo digital. A primera vista, es fácil suponer que los videojuegos plantean más aspectos negativos que positivos para la salud de los niños. Sin embargo, si se juega con moderación, los juegos tienen algunos beneficios que deberían brindar comodidad a los padres si sus hijos están particularmente apegados a sus consolas y dispositivos.
Entonces, ¿pueden los videojuegos tener beneficios positivos también para los niños? Vamos a explorar.
1. ¡Manos firmes!
La Fundación Estadounidense de Psicología publicó datos que mostraban que los cirujanos que usaban tecnología de videojuegos mostraban habilidades más rápidas cuando se trataba de procedimientos avanzados y cometían un 37% menos de errores que sus pares. Estos estudios dieron peso a la idea de que los juegos regulares pueden ayudar a perfeccionar la destreza manual de una persona, lo cual es excelente para trabajos prácticos y pasatiempos.
2. Los videojuegos pueden perfeccionar las habilidades de pensamiento estratégico
Los niños que juegan videojuegos con regularidad tienen la oportunidad de practicar y perfeccionar su pensamiento estratégico. Piénsalo. En un juego, tienes la oportunidad de probar diferentes metodologías y enfoques con poco o ningún riesgo. Hacer esto repetidamente puede ayudar a desarrollar y entrenar su cerebro para responder más rápidamente en situaciones en tiempo real. Es una teoría que se utiliza en diversas situaciones de formación profesional. No te subes simplemente a un avión de combate y despegas para tu primera lección, ¿verdad? Las simulaciones y la realidad virtual se utilizan habitualmente para enseñar habilidades complejas, incluida la conducción y procedimientos médicos.
3. Son una gran herramienta de aprendizaje
Aprender un idioma es cada vez más popular mediante técnicas de gamificación. Si su hijo responde bien a esta mecánica educativa, existe una gran oportunidad de utilizar juegos relevantes para ayudarlo a aumentar su capacidad cerebral en materias como historia, química, matemáticas, gramática y más. Los maestros han informado que el uso de tecnología de videojuegos en el aula puede ayudar a mejorar los puntajes de las pruebas y la retención de información en una variedad de circunstancias.
4. Los juegos no merecen (siempre) su imagen antisocial
Muchos juegos requieren interacciones complejas entre pares, trabajo en equipo y colaboración. Bien equilibrados con una combinación saludable de socialización en la “vida real”, presentan otra excelente manera para que los niños continúen desarrollando sus habilidades sociales y laborales.
Minecraft, uno de los juegos de “construcción de mundos” más populares del mundo, tiene una variedad de modos que permitirán a los niños desarrollar sus habilidades creativas y de resolución de problemas. En este tipo de juegos, muchos niños también pueden ayudar a perfeccionar algunas de sus habilidades para la vida, incluido el trabajo en equipo y la colaboración.
5. Jugar puede ser una forma de aliviar el estrés
Gran parte de la atención sobre el vínculo entre la salud emocional y los videojuegos se ha centrado en la agresión y la violencia, pero hay evidencia que sugiere lo contrario. Los estudios demuestran que jugar con moderación contribuye positivamente al alivio del estrés y a la estabilidad emocional de los niños en comparación con aquellos que nunca juegan y aquellos que juegan en exceso.
6. No todos los juegos están pensados para sentarse
A medida que nuestros dispositivos inteligentes evolucionan, también lo hace la integración de la realidad virtual. Los juegos populares de ‘Geocaching’ como Pokémon Go fomentan la actividad al aire libre, ya que combinan los dos mundos y requieren la exploración del entorno como una función clave de su forma de trabajar.
7. Estaciones de imaginación
Cuando los niños mayores dejan de “fingir”, esto a menudo puede indicar el fin del juego imaginativo. Los videojuegos ofrecen a los adolescentes la oportunidad de sumergirse en otro mundo y seguir estimulando las partes creativas de su cerebro a través del juego.
¿Cuánto tiempo se le debe permitir a un niño jugar videojuegos?
Es de esperar que los beneficios positivos del juego moderado brinden algo de consuelo a los padres que tienen un jugador dedicado en la familia. Sin embargo, si le preocupa la naturaleza potencialmente perjudicial y adictiva del uso de videojuegos, entonces desarrollar una estrategia para moderar de manera efectiva el tiempo que su hijo pasa jugando es un buen lugar para comenzar.
Para cualquier niño, una prohibición total de jugar puede parecer un castigo injusto y probablemente anime a mentes decididas a encontrar formas de jugar sin su conocimiento. Tampoco es probable que el uso de juegos con una mecánica de recompensa y castigo sea fructífero a largo plazo, creando las condiciones perfectas para futuras discusiones y negociaciones.
Trabajar en colaboración para establecer límites es una excelente manera de hacer que un niño se sienta involucrado y desarrolle su madurez emocional, mientras le enseña sobre los límites al mismo tiempo.
¿Cuántas veces a la semana te sientes cómodo con tu hijo jugando? ¿Cuántas horas funcionarían bien en su horario familiar general? ¿Qué prioridades, incluidas las tareas y las actividades extracurriculares, deben completarse antes de que pueda ocurrir cualquier juego? Una vez que haya planificado esto, lleve al niño para que decida qué días y horarios puede jugar.
Una excelente manera de descubrir de qué se tratan los juegos y por qué sus hijos están tan interesados en jugarlos es jugar juntos. Su hijo apreciará su curiosidad y tendrá la oportunidad de ver de cerca si el contenido es apropiado y cómo funciona el juego. Quién sabe, ¡quizás incluso lo disfrutes!
Un horario familiar, horas de juego dedicadas y indicaciones de cuenta regresiva son técnicas probadas. Para ofrecer soporte adicional y límites digitales en los juegos, aplicaciones como Kidslox pueden ayudar a establecer parámetros físicos y límites de tiempo en el uso del dispositivo.